Un sentir, una idea despliega,
un pensamiento un existir.
Mi alma solo quiere latir;
el dolor ya no me sosiega.
Soy mestizo de razas del alma,
que del tiempo nacen.
Hijo de quienes sueños hacen.
En un querer hay calma.
Soy el hijo mestizo de la Filosofía,
nací el día que se aunó con poesía.
El gran padre, su estandarte: sinceridad.
La gran madre, del mundo toda beldad.
Qué tormenta de pasiones,
por aquel día en que fui pensado.
Qué bríos de sensaciones,
aquel día en que fui ya adoptado;
por Urano y por Geas, protegido.
Para amar y ser amada, bendecido.
Soy el hijo mestizo, del bien y del mal,
a ninguno debo temer, a ambos respetar.
Solo a un ser debo, en cada día, perpetuar,
con oraciones y sin dar los pasos mal.
Aquel que es todo lo que fue, es y será,
solo El, el nombre de Dios, tendrá.
Pues, hijo mestizo soy, de su pensar;
mi nombre, fue El, primero en pronunciar.
Nacido para ser padre de generaciones.
Soy uno y todos, soy la entera especie.
Habrá quien me quiera y quien desprecie,
como padre y como hijo de naciones.
Si aun mi nombre debes saber de antemano,
como mi padre me lo susurro, es: Humano.
JAP
Cuadro: Gabriela M. Pinilla
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