jueves, 19 de agosto de 2010

Amor y ciencia

Amor y ciencia

El tiempo es espacio cuando el espacio es tiempo, la constante asume que todo espacio necesita un tiempo para ser. Y que todo tiempo requiere ser una constante abarcativa. Todo cuerpo, necesita un espacio para existir, un tiempo como constante repetitiva para cumplir su ciclo existencial.

Cada átomo en el universo mantiene una distancia moderada con respecto a los que se encuentran alrededor, así como se puede notar en la distancia entre el sol y los demás planetas de un sistema ordenado.

Un cuerpo mayor como el del sol, atrae astros menores, sin embargo nunca la atracción es total, ya que todo cuerpo tiene su propio núcleo, el cual a la vez que se puede atraer por cuerpos mayores, repele su núcleo de los demás, manteniendo así una distancia uniforme, con respecto de los demás. Principalmente por la falta de factores que puedan modificar el movimiento y/o trayectoria de los cuerpos en el espacio vacío, todos los cuerpos son inmóviles. Cuando el cuerpo mayor intenta atraer la masa del cuerpo menor, y el segundo trata de mantener el estatus dentro de la distancia, se rompe el estado de reposo, logrando que el primero no logre su objetivo natural. Aunque, el constante esfuerzo de ambos, hace que en consecuencia el cuerpo menor comience a rotar sobre su propio eje. Al persistir en la tarea, en la cual el primero por su masa y capacidad, trata constantemente de atraer las entidades menores; y el segundo, quien trata en forma constante de repeler el acercamiento completo hacia un núcleo mayor, por la resistencia. La distancia se hace uniforme. Tratando de mantener dicha distancia, el menor, ya en movimiento de giro, sale desplazado, manteniendo siempre esa distancia. La distancia, más la densidad de la masa del núcleo de los cuerpos, es lo que sentencia la velocidad de movimiento y rotación.

¿Qué tiene que ver con el amor? simple... el alma del sentir más intenso atrae las entidades más débiles, sin embargo, las atraidas, tratan de repeler la acción instintiva, marcando una distancia uniforme entre el sentir y sus cuerpos.

A veces somos sol, a veces un astro que se deja llevar.



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