jueves, 19 de agosto de 2010

El tratado de la amistad


El tratado de la amistad

Podría decir, que no existe ciencia o arte capaz de establecer un compendio absoluto del significado de la amistad.


Como fieles veladores de la historia, así cuentan los días, quienes miden el tiempo en experiencias.


Al elegir una amistad nos elegimos a nosotros mismos. Pues, no solo elegimos en quien confiar, sino que elegimos a quién nos va a apreciar por lo que somos… esa persona que apreciará nuestro sentir. Una amistad es quien ayudará a dar un paso hoy para dar uno menos mañana en el camino de esta vida. Esa misma amistad nos enseñará que no hay que preocuparse por donde estaremos en el futuro; nos ayudará a trabajar el presente para llegar juntos.

Una buena amistad será quien, a pesar de los años, dirá cuan joven somos, y que solo se es viejo ese último segundo, ese último suspiro en la vida, antes de morir, cuando ya no haya tiempo de volver a amar una vez más… solo ahí serán viejos los pensamientos, en cada recuerdo.

Vernos reflejados en los ojos de alguien que nos observa desde su alma, nos deja sentir cuanto vale nuestro existir. La justa causa de los enamorados, sea tal vez, vivir para amar y ser amados… la fiel causa de la amistad, podría ser, aprender a confiar en quien nos muestra cómo ser nosotros mismos.


Un amigo/a, te hará ver y sentir, no solo que tu rostro es el espejo de tu alma, sino que tu voz expresa cada sentir de la misma, dejándote hablar, escuchando tus alegrías y absorbiendo la tristeza.

Por ahora, en este capítulo cero, este punto central entre lo negativo y positivista, de las amistades, solo me queda por resumir, que una buena forma de conocernos y conocer a otros, es aprendiendo y disfrutando poder llegar a la pureza de amar y dejarse ser amado, ser felices y encontrar a quien hacer feliz, vivir para ser uno mejor cada día, para nosotros y para quienes nos rodean, no proyectar en otros nuestros deseos, sino, apreciar en el otro un ser con tanta capacidad de amar como las nuestras. Desconfiar del dolor y el miedo, y no dudar de la felicidad. Recordando que esta no llega por arte de magia, y cuando llega es algo que hay que mantener día a día.

No soy dueño de la verdad; pero si de la sinceridad de mis pensamientos. Y como ultima sinceridad… si realmente aman… arriesguen! Que es mejor morir en un intento que llene el alma y no vivir en la tortuosa sombra de las dudas… la peor forma de vivir es lamentándose de cuantas cosas nos hemos perdido en la vida por no atrevernos, en lugar de ver cuanto tiempo tuvimos y aun tenemos para hacerlo.


Una verdadera amistad, no solo te ayuda a juntar lindos recuerdos… también, te acompaña a vivir la historia de tu vida.


J.A.P.

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